lunes, 27 de mayo de 2013

Y al final terminé dando vueltas
dando vueltas para no perderme
Esas tardes donde la lectura nos lee
y quedamos a merced
de los caprichos de las letras.

La ví, 
siempre con su filoso temperamento
y succionando el mate
como si recuperara
a sorbos
su alma.

La mirada perdida
y todavía
ese swing
que sacudía bueyes.

Un desolado cambio
marchitó el sol
un vuelco, un lapsus
y un magullón.
La remera sin corpiño
y una flor como en París.

Restos de esos ojos tristes
que se arrepienten al  mentir
y un vaso lleno, tibio
con huellas de un lápiz
que nunca más usó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario