Todo lo que usted quiera, sí señor, pero
Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa.
Son tan hermosas
que las quiero llevar puestas ¿vio usted?
¡Imaginese a Clotilde, se ahogaría con la bombilla!
nadie le creería que en mi canadiense llevaba las estrellas
o al menos las que alcanzara a robar antes de que se caiga el cielo en mi cabeza.
Sí Omar, no es cosa de galos nomás.
Imagínese,
el tiempo se desdoblaría a mi paso,
por fin caminaría hacia mi mismo
con una presencia que seduce y escarmienta a la muerte cíclicamente,
caminaría formando espirales, portales al abismo de la eternidad.
Ay! Omar, no sea exagerado, si bien sabe que somos el juguete viejo de Dios,
el ya está logrando su galaxia perfecta sin cetros ni sotanas
considere lo del peluche tuerto
como una dádiva.
Juan Cruz: alto nivel tienen las poesías que he leído hasta aquí. Sin dudas las demás serán de igual calidad. Me he detenido en esta porque la soltura del trazo, la docilidad de las palabras, la madurez del diálogo, me recuerda, gratamente, a párrafos del libro Rayuelas, del gran Cortázar.
ResponderEliminarUn honor que te hayas detenido en mi espacio. No hubiera podido descubrir tu poesía. Felicitaciones.
¡Qué comparación Daniel! Por supuesto que soy un entusiasta admirador de Julio. Recuerdo que este escrito lo hice como consigna de un taller literario y tanto el profesor como el alumnado no le encontraban una lógica racional para evaluarlo o al menos criticarlo.
ResponderEliminarUn placer llegar azarosamente a rincones como el suyo.