lunes, 27 de mayo de 2013

Fuerte como la espada
y sensible como la mano que templa

Quiero tener la fuerza del amanecer
y la nostalgia del ocaso.
Una mano que rebalse la octava
y dedos que aún quepan en la comisura de sus labios

La potencia del rayo y la paciencia de la lluvia.
El remo de un abrazo y el envión de una despedida.
Carisma de líder y paz de ermitaño.
Bondad de santo y experiencia de demonio.

Arrastrar como un río y contemplar como un lago.
Hierro, pétalo. Miedo, mar. Vértigo y rutina.

Quiero ser perfecto equivocándome
y pecar con los más castos ángeles
reinar y ser la voz del pueblo,
el primero en protestar.

Quiero también un verano en soledad
y sufrir mucho frío.
Conocer el mundo enamorarme y habitar

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